22 noviembre, 2006

MI GRAN AMIGO MON/ALE

dice José Luis............

. La historia de mi Gran Amigo el Mon/Ale
Tras seis años de infructuosa búsqueda de un barco de vela - crucero mínimo de 9 metros de eslora- y con un presupuesto máximo de un millón y medio de pesetas, decidí afrontar la construcción del mismo por motivos puramente económicos.Corría el mes de Octubre de 1992 cuando decidí comenzar la construcción, pero tuve que crear un hangar de 14 m. de largo por 5 m. de ancho, con viguetas y chapa para el techo recogida de la chatarra. Al comienzo, además de ser un trabajo duro, pesaba sobre mí aún más la responsabilidad y las dudas sobre su finalización, ya que tenía que invertir un capital que pertenecía al erario familiar, y tan sólo encontré el apoyo moral de mi cónyuge y la de un amigo, el resto tenían un opinión muy negativa de la empresa que decidí emprender.Una vez acabado el hangar tuve que fabricar una base sobre vigas de madera, con el ancho de las vías del tren y la longitud del barco (9,6m.) a nivel del agua. Sobre al misma dispuse las maderas en vertical e invertidas según las instrucciones del Sr. Javier Soler, diseñador del "Cumulus 96", que es como se llama el modelo al que pertenece el Mon/Ale. Encima de las maderas se atornillaron listones a una distancia aproximada de 12cm., formando una especie de jaula gigante con forma de barco. Este trabajo fue bonito, salvo el de los 1500 tornillos que se llevó dicho montaje.El paso siguiente consistió en el atornillado de las planchas de PVC de 20mm. de espesor y una rigidez parecida a la espuma de forma que no dejase hueco en las uniones, se le aplicó el estratificado encima ocho veces seguidas; este trabajo fue bastante duro, además había que hacerlo con mascarilla y rapidez ya que el tiempo de operatividad de la resina de poliéster era corto.Seguídamente vino el trabajo que estuvo a punto de hacer fracasar el proyecto, y éste fue el acabado con masilla de poliéster, tarea que se me hizo penosa y muy difícil de realizar. Había que lijar mucho y a mano, pero gracias a Dios, y al ánimo constante que me daba el diseñador, el trabajo salió adelante con unos resultados francamente buenos.El resto de la construcción fue muy amena, tanto que, llegó un momento en que tenía miedo de terminar.El calificativo de "Gran Amigo" no es gratuito, ya que en las fechas del inicio de la construcción estaba inmerso en un problema familiar tan terrible, que en mi opinión, pocas familias logran superarlo sin que les deje secuelas de por vida, en esto tuvo mucho que ver el Mon/Ale, ya que me obligaba a tener la mente ocupada en sus problemas y no en los míos, que no tenían solución.Los días siguientes a la botadura me demostró de nuevo su grandeza, obsequiándome de nuevo con un sinnúmero de singladuras, tan placenteras, que rayaban la felicidad. A esto hay que sumarle la suerte de haber conocido a los amigos que actualmente tripulan el Mon/Ale.Otro de los motivos por el que me siento tan dichoso de esta aventura, a sido el haber conocido a la persona más singular que se pueda conocer, mi total agradecimiento a Don Antonio Romero Olmo, propietario de la finca donde nació lo que hoy es mi barco, y donde permaneció durante cinco años en los cuales además de ofrecerme su sana amistad, no consintió que le abonase ni tan sólo la luz eléctrica que consumía, dándome las llaves de su propiedad desde el primer día, y he de decir que la peculiaridad de este gran hombre radica en que me lo presentaron el mismo día que le pedí la cesión del terreno para la construcción, que él me concedió sin trabas, alentándome al desafío, todo un ejemplo de generosidad.De toda esta aventura. de lo único que me arrepiento es de no haber tenido conocimiento antes de que se pudiera construir uno mismo su barco y legalizarlo, si hubiese sido así, hoy tendría construido el Mon/ Ale II.El Mon/Ale se botó el 10 de Septiembre del 2002. El tiempo de construcción sin prisas fue de cinco años y medio, aunque en tiempo real fueron once años debido a una parada motivada por la edificación de la casa en la que actualemente habito con mi familia.Desde aquí animo a las personas que quieran tener un buen barco, pero que no pueden pagarlo, para que se lo construyan. Es un reto más que difícil,exigente en cuanto al trabajo, pero la ilusión puede con casi todo. . - José Luis Leal-

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