03 noviembre, 2007

VELAS




/Telémaco exhortó a sus compañeros, mandándoles que aparejasen las jarcias, y su amonestación fue atendida. Izaron el mástil de abeto, lo metieron en el travesaño, lo ataron con sogas, y al instante descogieron la blanca vela, y las purpúreas olas resonaban siguiendo su rumbo. Así que hubieron atado los aparejos a la veloz nave negra, levantaron cráteras rebosantes de vino e hicieron libaciones a los sempiternos inmortales dioses y especialmente a la hija de Zeus, la de ojos de lechuza. Y la nave continuó su rumbo toda la noche y la siguiente aurora" (Odisea, II, 413-434)